Entre 1850 y 1870 mientras los descubrimientos
científicos relegaban la magia y la religión a meras supersticiones, Eliphas
Levi recuperó las más diversas creencias ocultas. Gracias a él el Tarot se ha
convertido en un punto de referencia fundamental para los modernos esoteristas.
La biografía de este magnífico personaje es muy
amplia y compleja. Si se quiere comprender qué camino siguió para llegar a
crear un auténtico esoterismo del Tarot es necesario recurrir a la información
más básica e importante.
Eliphas Levi es el pseudónimo elegido por
Alphonse Louis Constant, nacido en París el 8 de febrero de 1810 en una familia
humilde. Se formó intelectualmente en el seminario de Saint-Nicolas y después
en el de Saint-Suplice, donde asistió entre 1827 y 1836, sin llegar a ordenarse
sacerdote.
Abandonó su carrera por motivos amorosos y no
religiosos, ya que se enamoró de una joven suiza, Adèle Allenbach; mujer a la
que mencionaba en algunos poemas de su juventud.
En los años que siguieron al abandono del
seminario, Alphonse, sin renunciar a su fe católica, inició una ferviente
actividad política con socialistas revolucionarios, siendo condenado en 1841 a
once meses de cárcel por la publicación de La
Bible de la liberté, considerado un texto subversivo. Después de eso
consiguió vivir dignamente, en medio de la crisis económica francesa, dibujando
ilustraciones para novelas.
Su encuentro con el Ocultismo
En la década de 1840 conoció a muchos estudiosos
del esoterismo como el cabalista polaco Höene
Wronski (1776-1853), quien le sugirió que adoptara el nombre mágico por el
que fue conocido en la posteridad, Eliphas Levi Zahed, traducción hebrea de su
nombre.
En 1854 Eliphas Levi viajó a Londres y conoció al
escritor Edward Bulwer-Lytton
(1803-1873), famoso autor de novelas fantásticas como Las minas del Rey Salomón, y quien fue el que lo introdujo en un
círculo de adeptos de la Rosacruz.
Junto al escritor Eliphas Levi hizo una serie de
invocaciones espiritistas y en una de ellas se aparició el fantasma del mago
neopitagórico Apolonio de Tiana (siglo I d.C.). Éste le indicó donde podía
localizar en Londres un ejemplar del Nyctemeron,
texto del propio Apolonio que describe los nombres y poderes de los genios que
gobiernan las horas del día y de la noche, aunque esto siempre ha sido puesto
en duda.
Después de su regreso a París, Levi terminó su
obra más famosa, Dogme et rituel de la
haute magie (1855-1856), publicada en dos volúmenes. Aún hoy se considera
esta obra como un hito en la historia del esoterismo, y en ella aparecen
referencias al Tarot, que gracias a las explicaciones de Levi se convirtió en
la síntesis de la magia occidental.
El Tarot y la Alta Magia
El Dogme et
rituel de haute magie es una obra basada completamente en el Tarot. El
primer volumen está dividido en 22 capítulos, cada uno dedicado a una rama del
esoterismo y representado, como ya habrán supuesto los lectores de este blog,
por un arcano mayor.
Sin embargo, en el capítulo XXII del segundo
volumen, “El libro de Hermes”, Levi
expone su interpretación de los 22 arcanos mayores basada en su presunto origen
hebreo. Definió el Tarot como “la clave de las artes mágicas y de todos los
antiguos dogmas religiosos, perdida tras la destrucción del Templo de
Jerusalén”.
Después de una larga introducción, plasmó las
interpretaciones cabalísticas del Tarot haciendo coincidir los arcanos mayores
con las 22 letras del alfabeto hebreo y relacionando sus respectivos
significados. Estas ideas fueron posteriormente desarrolladas por diversas
hermandades esotéricas.
Representación de Baphomet, según Eliphas Levi. |
Escritos Mágicos
Si bien la mencionada obra le granjeó la admiración
de los esoteristas de la época, su auténtico éxito le llego en 1859 cuando
publicó Histoire de la magie, libro
rico en anecdótas curiosas, pero poco riguroso y sin la profundidad de su texto
anterior. Obras posteriores fueron La
clef des grands mystères (1861), Fables
et symboles (1862) o La science des
esprits (1865), pero no llegaron a la altura de Dogma y Ritual de Alta Magia. Gracias a sus exitosos libros,
Eliphas Levi consiguió entrar en la Masonería (1861) y convertirse en “maestro
de ciencias ocultas” de personas como el conde Alexandre Branicki, el obispo de
Evreux, monseñor Devoncoux, o el barón siciliano Nicola Spedalieri, quien
mantuvo correspondencia con Levi hasta su muerte (1870).
Mientras tanto, Levi trabajaba en otra gran obra,
Le livre des splendeurs, un
comentario a un antiguo tratado cabalístico por entonces poco conocido, el Sepher ha-Zohar, que había conocido a
través de la Cábala desnuda de
Christian Knorr von Rosenroth (1636-1689). Le
livre des splendeurs ha sido tachado como pura charlatanería por modernos
historiadores como Gershom Scholem, pero no se le puede negar la gran virtud de
dar a conocer al gran público el esoterismo hebreo.
Levi nunca fingió ser ni historiador ni filólogo.
La importancia de su obra intelectual, desarrollada durante unos 20 años,
radica en la recuperación de las más diversas tradiciones mágicas y doctrinas
teosóficas, antiguas y modernas, y en el intento de incluirlas en un único y
gran sistema cuya síntesis está en los 22 arcanos mayores del Tarot.
Eliphas Levi murió el 31 de mayo de 1875, poco
después de terminar su última obra, Le
catechisme de la paix, publicado póstumamente. Fue enterrado en Ivry, pero
en 1881 su cuerpo fue exhumado y sus restos alojados a una fosa común.
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