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lunes, 10 de septiembre de 2018

El origen del hombre y la figura del Golem


En las diferentes culturas se habla de la creación del hombre.

En la cultura maya, por ejemplo, se llega a la figura del hombre tal y como la conocemos, después de varios ensayos por parte de los dioses en su afán de perfeccionamiento.

Según el Popol Vuh (libro sagrado de los mayas), primero lo construyeron de lodo pero no podía caminar, ni hablar ni siquiera mantenerse de pie, y lo destruyeron.

Posteriormente lo fabricaron de tierra, lo alimentaban con hojas y árboles pero no hablaba ni andaba. Después lo construyeron de madera. Éste podría hablar y caminar y dar hijos, pero también carecía de entendimiento, por lo que fue desechado.

Los dioses concluirían cuando obtuvieran al “Ser” que lo sostuviera. Así pues, el éxito llegó con el hombre de maíz. Este elemento le otorgó existencia, y no solamente vivir, ya que los nuevos hombres tomaron conciencia de su papel dentro del cosmos, que, como sabemos, consiste en reconocer y adorar a los dioses, sus creadores, además de permitirles identificarse con la tierra y con la naturaleza. De esta manera, en estos mitos la idea cristiana del hombre formado con barro queda relegada frente a la creencia maya del hombre constituido a partir del maíz, pues este último resulta superior.

La tradición cristiana, en el libro del Génesis, narra que Dios creo al hombre a partir de polvo de tierra, lo insufló aire en la nariz y le dotó del aliento de vida. El nombre de ese hombre fue Adán, que en hebreo quiere decir “hecho de tierra rojiza”.

El origen del hombre y la figura del Golem
 
Por otro lado, una leyenda del antiguo Egipto, reza que cuando el Dios creador hubo concluido su obra, sus lágrimas resbalaron por sus mejillas de satisfacción, al contemplar la belleza de todo cuanto había creado. Estas, cayeron al suelo, y del barro, surgió el hombre.
Y ¿por qué el barro?.
El hombre en su juventud es ese barro manejable, maleable, dúctil capaz de adquirir cualquier destreza y cualquier conocimiento. Estos le deben llegar a través de la educación, de la formación para convertirlo en lo que finalmente llega a ser.

Es aquí donde quiero presentaros a la figura del Golem, un ser que está representado en el mazo del Oráculo de Madame Endora. En este mazo representa la figura de otra persona, un amigo cercano que actuará en nuestro beneficio. No dice si esa actuación es honesta o no, podemos suponerlo, pero no se especifica.

El Golem en Madame Endora

El Golem se recoge en una antigua leyenda relacionada con el gran rabino Loew de Praga (1512 - 1609) y con imágenes vigorosas evoca los misterios del gueto de Praga. El Golem es una figura de arcilla animada por obra de la cábala, para defender a los judíos, pero que se escapa fácilmente del control y provoca catástrofes.
Lo que podría ser sólo una extravagancia gratuita, sin más interés que el de un relato bien contado, adquiere significado simbólico: el Golem personifica a los autómatas humanos, que crean la sociedad moderna. Lo mismo que el Golem, el hombre moderno realiza la parte a él asignada contra su propia voluntad y con un rigor atroz. A este pesimismo fundamental, la novela añade un continuo misterio, una atmósfera de errores trágicos en los que juegan enigmáticos cabalistas, una metafísica expedita pero dramática ("la boca de cada hombre se convierte en la boca de Dios si creéis que sea la boca de Dios").
Ha sido objeto de múltiples estudios que exceden la literatura: filosofía, religión, ocultismo, alquimia, magia, cábala.

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