La luna siempre ha resultado un enigma. Influye en las mareas, los nacimientos y sus crecimientos y decrecimientos se han aprovechado en diferentes prácticas y rituales.
Nosotros nos vamos a centrar en la Luna como Arcano del Tarot.
En la carta de la Luna, tanto del Tarot Rider Waite como en el Tarot de Marsella, observamos un camino. Un camino que sirve de eje visual y hace que la carta resulte casi simétrica. Y la primera pregunta que me viene a la cabeza es: ¿Ese camino nace en el agua y es el cangrejo el que tiene que hacer la travesía hasta la montaña? O ¿Desde la montaña bajamos hasta sumergirnos en la parte inconsciente?
El cangrejo es un símbolo lunar, porque muda de caparazón al igual que la luna cambia de fase. Así pues, la luna representa los ciclos, las emociones más profundas, la regeneración y la transformación.
Si nos fijamos en el camino, vemos que es serpenteante. Eso unido al caminar lateral o hacia atrás del cangrejo, nos hacer pensar en los devenires de la vida, que su trazado nunca es recto, y que no hace falta mirar fijamente el objetivo a alcanzar, sino guiarnos por una fuerza o instinto que nos guíe.
Siguiendo con los animales representados también tenemos a los perros, o el perro y el chacal. Esto nos puede hablar del instinto de protección y también de defensa, empleando incluso actitudes menos domesticadas, actuar dentro de la protección del grupo, buscar aliados para surcar las sombras y lo desconocido…
Las dos torres que enmarcan el espacio donde la luna ejerce su influjo, sirven de frontera, tal vez de advertencia, de que, a medida que te acercas a ella, te adentras en lo desconocido, lo frío, la ausencia y lo espectral.
Resultaría interesante imaginarse
dentro de ese ambiente.
De noche, con frío o incluso escarcha, solo, puede que desorientado, y el cielo
sólo iluminado por la luz de esa luna gigante y amarilla. Flanqueada por dos
torres, sin puertas, sin ventanas. Si quieres averiguar si alguien vive o
vigila desde allí, tendrás que andar un largo trecho. ¡Claro! Si el miedo no te
impide andar y el frío no te congela los huesos.
Nos encanta ver las cartas desde lo profundo de su simbología, más allá de los significados que todos conocemos y que vienen en los libros.
Digamos que nos gusta EXPLORAR, que para eso tenemos nuestra Brújula Ancestral.
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