El Arcano Mayor de los cambios, la Rueda.
A
la Rueda le corresponde el número 10, el primer número compuesto por dos
cifras.
Para
los primeros cristianos era el número universal ya que el 1 representaba a Dios
y el 0, hacía referencia a la nada.
Si
el Ermitaño nos llevaba a la búsqueda en solitario, la Rueda nos devuelve al
mundo real, lleno de cambios y vicisitudes.
En
el Tarot de Marsella vemos una rueda
que bien puede ser de madera en la que en la parte izquierda hay un mono cabeza
abajo que se relaciona con Tifón, el dios de la destrucción haciendo que la
rueda gire, mientras por la derecha, Anubis, sube. ¡Ya estamos de nuevo
lidiando con los opuestos!
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En
la parte superior de la rueda, vemos a una esa finge coronada que vigila el
movimiento mientras mantiene su espada alzada. Esta esfinge no aporta energía
ni movimiento, de ello se encargan los otros dos seres antes mencionados. Ella está
ahí para decirnos que no podemos escapar a nuestro destino.
En el Tarot de Rider-Waite vemos que la simbología ha cambiado
notablemente.
Waite sustituye la rueda por un
disco dorado con letras hebreas junto a la palabra TARO que hace referencia a
los 22 Arcanos Mayores, simbolizando la vida humana y el devenir universal.
En las cuatro esquinas de la
carta, ha agregado a cuatro seres alados que podemos considerar que son el
Tetramorfos, representaciones simbólicas de los cuatro evangelistas en las que
a cada uno de ellos se le atribuye la representación de un animal.
En este caso, al dios Tifón se
le muestra como una serpiente, mientras que el ser que asciende por la rueda
sigue siendo un chacal, Anubis.
A la Rueda no se le asigna
correspondencia con ningún signo del zodíaco. El planeta regente es Júpiter, el
gran dador de bienes.
Cuando aparece este Arcano podemos considerar que
nos habla de un punto de inflexión, movimiento, desarrollo, nuevas
oportunidades, cambios repentinos, ciclos vitales etc.
Siempre teniendo en cuenta sus
posibles significados en combinación con el resto de las cartas y su posición
en la tirada.
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