¡Los
Juegos!, inherentes a la naturaleza humana.
Necesitamos
de los juegos para que nuestro cerebro se desarrolle, para aprender a compartir,
a respetar las reglas, a aprender a ganar y a perder, a desarrollar nuestras habilidades.
Me
gustan los juegos de ingenio y los geométricos hechos de madera, de ésos
imposibles que vemos en los escaparates de las jugueterías, y que dices ¡soy
demasiado mayor para comprarme un juego de éstos!, pero a pesar de tus
complejos de adulto entras, preguntas, lo miras y lo compras.
Pues
bien, entre los juegos se encuentra un juego de mesa al que he jugado mucho y
del que siempre me llamaban la atención los dibujos de las casillas, el Juego
de la Oca.
Lo
que consideramos un juego infantil comenzó siendo un juego adivinatorio.
De
este tema hay mucha información, unos consideran que su origen está en el Disco
de Festos de la antigua Grecia, de arcilla con forma circular, en el que se traza
una espiral en cuyo interior se
inscriben signos por ambas caras y del que todavía no se ha conseguido un descifrado definitivo
ya que hay cerca de un centenar de posibles traducciones y los expertos no se
ponen de acuerdo a la hora de admitir ninguna como exacta.
Otros
que su origen está en el escudo de Aquiles, descrito en la Ilíada por Homero.
En
el escudo estaban representados el Cielo, la Tierra y los Astros, así como dos
ciudades en la que se representaban distintas escenas.
A
este juego se le dio un valor gran valor heróico, por un lado, en la Edad Media
se decía que era un juego noble
porque se creía que estaba pensado para los soldados y los guerreros.
Hay
otras versiones que dicen que la estructura del juego procedía de una formación
de combate con forma de espiral que usaban como medio de ataque o línea defensiva
(circunvalaciones), que no puede ser muy diferente de la del Chakra-vyûha, de forma
laberíntica descrito en el Mahâbhârata, o el laberinto que aparece en el de la
Danza de Teseo.
Había
también una competición arcaica que describía Virgilio que consistía en que
jóvenes a caballo realizaban una carrera
en un trazado espiral.
El
juego de la oca está formado por 64 casillas, el mismo número de hexagramas que
forma el I Ching, agrupadas en 7 ciclos,
todos con su significado propio y que al mismo tiempo guardan información sobre
el futuro inmediato y la evolución personal.
Una
de las teorías más sugerentes del juego de la oca, lo vincula con el Camino de
Santiago y los Templarios.
Las
casillas son las diferentes pruebas que debe pasar el peregrino para llegar a
Santiago, los pasos que hay que dar para conseguir un alto estado de elevación.
Si
lo relacionamos con el Tarot, el peregrino que está en la casilla cero, es el
Loco el que comienza el viaje iniciático, pasando por un pozo (lo interior que tiene que ser descubierto), la posada en la que por azar de los dados
(el destino) tenemos que parar, el laberinto
que tenemos que recorrer como Teseo, la cárcel
en la que tenemos que parar para reflexionar el camino que toma nuestra
vida y hacernos cargo de los errores cometidos, la muerte, una muerte simbólica que nos come a todos, nos impide
avanzar en nuestro camino y nos obliga a regresar a la casilla de salida
indicando con esto cierta similitud con el Arcano nº 13, la transformación,
atravesar “la puerta del guardián de la muerte” para liberarnos de nuestras
ataduras y limitaciones.
Tenemos
los dados, representando la Rueda, el
azar y el destino.
La
casilla 64 puede representar el Mundo,
la plenitud, el fin del viaje iniciático, el Edén.
La matemática y los números también destacan en este juego, nada está colocado al azar, todo lo
marcan los números.
Otro
punto de vista fascinante es el relacionado con los Caballeros Templarios, ya
que se les atribuye un nivel de sabiduría muy importante a todos los niveles.
Pero
no voy a entrar en el tema templario porque ellos seguramente nos dirían todos
los secretos que se encuentran en el interior de la Oca y que sólo se
desvelaban a aquellos que habían alcanzado un alto grado de evolución espiritual.
Si
os dais cuenta de los detalles, empezáis a ver dónde están colocadas las ocas y
os fijáis en el simbolismo, os daréis cuenta de que no sólo se trata de un
entretenimiento sino que en su origen debió de ser una forma amena de hacer
entender lo que otros trataban de mantener oculto.
Tal
vez sea como la vida, puede que lleguemos a nuestros sueños o nuestras metas,
puede que “el guardián de la puerta de la muerte” nos sorprenda y nos obligue a
cambiar de camino, pero lo que sí es seguro es que mientras estemos avanzando
en el camino conservaremos la ilusión por alcanzar nuestro destino.
¡Qué interesante historia se esconde tras este juego, y la simbología que encierra! ¡Muchas gracias por compartirla!
ResponderEliminarNoa alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarGracias a ti, Jose, por seguirnos.
Gracias por la sabiduria encerrada, buscaba informacion y orientacion sobre el tema y me sirvio de confirmacion de que si hay relacion entre el tarot y el juego Gracias
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