El Arcano Mayor de las ataduras, el Diablo
El
número 15 lleva asignada la capacidad de descubrir lo oculto y de alejar los
males. Uno de los talismanes más antiguos que se conocen lleva la siguiente inscripción
numérica:
4
9 2
3
5 7
8
1 6
Este
cuadrado, a modo de sudoku, sumado vertical, horizontal y en diagonal, el
resultado siempre es 15, confirmando su sentido de protección a quién lo lleva.
Si
desglosamos la cifra 15 por Arquetipos, obtenemos la combinación de 1+5, que
llevándolo al Tarot representan al Mago y al Papa, cuya posición de los brazos es casi idéntica en los tres Arcanos.
En Tarot este número va asociado al Arcano Mayor de El Diablo, el príncipe de lo material.
Se
le asocia con el Signo Astrológico de Capricornio, correspondiente al Elemento Tierra.
En
el Tarot de Marsella se representa bajo el potente aspecto de Baphomet.
La representación más común de Baphomet es con la cabeza de macho cabrío,
cuerpo de hombre, senos femeninos y alas, pero también lo han representado con
cabeza humana, con barba o sin barba, y con dos rostros (llegándolo a confundir
con Jano, el dios romano de las puertas y los caminos).
Arcano Mayor de El Diablo en el T. Marsella |
Sus
colores, aluden a los cuatro elementos que constituyen el cosmos, Tierra, Agua,
Aire y Fuego, y a sus espíritus elementales: fuerzas valiosas de amplio espectro
pero no siempre fáciles de controlar y someter.
A los pies de la peana en la que se encuentra
sonriente, dos personajes, de distinta polaridad, uno yin y el otro yang,
semihumanos como él, están atados, representando las pasiones que aprisionan al
hombre, dejándolo casi reducido casi a su parte más animal.
En
el Tarot de Rider-Waite, encontramos que el
Arcano del Diablo está con su agarras apoyadas en una base rectangular, (la
mitad de un cuadrado, símbolo de perfección, ya que el Diablo le falta la parte
espiritual para completar la realidad
compuesta de materia y espíritu).
El Arcano Mayor de El Diablo en T. Rider-Waite |
A
esta base, están encadenados un hombre y una mujer (similares a los que
aparecen en el Arcanos de los Enamorados, sólo que en su cabeza aparecen unos
cuernos, elemento representativo de las pasiones). La cola en llamas de él, prendida
por la antorcha que porta el Diablo en su mano izquierda, representa la fuerza
destructiva de las pasiones.
La
cola de ella es una vid, símbolo de los placeres que aturden como el vino y de
su elección basada en el deseo mutuo (como en los enamorados), pero sin ningún
tipo de elevación espiritual ni perfeccionamiento. El placer, per se, como única finalidad, los convierte en seres egoístas
y vacíos de todo aquello que no sea su propia satisfacción.
Así
pues, este Arcano nos habla de intensidad, pasión, energía, dominación, de
apego a lo material… pero también de una personalidad fuerte e influyente.
Nos
invita a reflexionar en SER y no sólo a atender cuestiones que nos lleven a
TENER. Tener cosas, luchar por tener y conseguir está bien siempre y cuando no
nos esclavicen ni obsesionen.
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