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miércoles, 27 de diciembre de 2017

Gérard Encausse, Papus



Hombre de cultura enciclopédica, Papus fue médico, inventor, escritor, espiritista y hermetista afiliado a las más importantes hermandades de su época. También fundó diversas órdenes esotéricas y escuelas de esoterismo.
 
En la historia del Tarot destaca un personaje que a pesar de no haber desarrollado ninguna doctrina concreta, se distinguió por su obra de divulgación. Nos referimos al franco-español Gérard Encausse, conocido bajo el pseudónimo de Papus. Nació de padre francés y madre española en la ciudad gallega de La Coruña en el año 1865. Posteriormente se establecieron en París en 1869.
Con sólo 17 años de edad ya estaba matriculado en la Facultad de Medicina parisina, en donde se licenció en 1894 tras aprobar todos los exámenes con excelentes calificaciones.


AÑOS DE JUVENTUD
Papus sentía íntimamente la necesidad de conectar las ciencias naturales con las tradiciones ocultistas. Quizá por esto, en 1883, poco después de empezar la Universidad, adoptó su famoso pseudónimo, que tomó del genio de la medicina citado en el Nyctemeron, libro del mago neopitagórico Apolonio de Tiana (siglo I d.C.). Papus conoció esta obra gracias a lectura del Dogma y ritual de alta magia (París, 1856) de Eliphas Levi.
Al mismo tiempo entabló relaciones con diversas hermandades de ocultismo y se dedicó a fundar nuevas organizaciones encaminadas a divulgar el esoterismo. Se inició en el martinismo en 1882. En 1887 fue aceptado en la Sociedad Teosófica y en 1888 se inició como Rosacruz. En 1891 fundó la Órden Martinista.
En 1893 fundó la Escuela Libre Superior de Ciencias Herméticas en la que se enseñaba la constitución del Universo, las leyes evolutivas de la naturaleza, la anatomía humana, matemáticas, hebreo, sánscrito y la vía iniciática del Tarot. Lo que más ansiaba Papus era la posibilidad de conseguir una relación directa con el mundo divino.
Esta Escuela tenía desde 1888 una publicación mensual llamada L’Initiation, y en 1890 se le unió Le voil d’Isis en la que colaboraron las mayores ocultistas de la época.

EN LA RUSIA DEL ZAR
Entre 1900 y 1905, Gérard Encausse viajó varias veces a San Petersburgo, en compañía del curandero Philippe de Lyon, invitados por la corte del zar por su fama de ocultistas y curanderos. A Philippe se le atribuyeron curaciones increíbles y a Papus diversas sesiones de espiritismo.
Se cuenta que en 1905 invocó al difunto zar Alejandro III, quien sugirió a su sucesor, Nicolás II, que fuera implacable con los revolucionarios. Papus también profetizó que nada malo le ocurriría a la familia imperial mientras él viviera.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, Papus se enroló como oficial médico en el ejército francés y murió por una enfermedad en 1916. Poco después estalló la Revolución Rusa que incluyó la muerte del zar y de su familia.

PAPUS Y EL TAROT
Papus nos legó una ingente cantidad de libros y artículos sobre los más diversos temas de ocultismo, así como varias traducciones de los clásicos de la Cábala. Entre todos ellos destaca Le Tarot des Boémiens (París, 1889), obra en la que expone un análisis del Tarot basado en la “doctrina de la rueda cósmica”, que se refiere a las relaciones mágicas y místicas entre el nombre hebreo de Dios, el tetragrama divino IHVH, las siglas cristianas INRI y la palabra TARO. Las cuatros letras de cada nombre, dispuestas en cruz, expresan la rotación cíclica de los tres mundos (divino, intelectual y físico) a través de los que se produjo la creación.

Papus, Tarot de los Bohemios
Le Traot des Boémiens, 1889

Papus además profundizó en el significado cabalístico de los 22 arcanos mayores, ya apuntado en el Dogme et rituel de la haute magie (1856) por Eliphas Levi, mediante su correspondencia con las 22 letras del alfabeto hebreo. Papus fue más allá y los dividió en tres septenarios: teogonía (arcanos 1 a 7), androgonía (del 7 al 13), cosmogonía (del 13 al 19), más un ternario de transición (arcanos 19, 20 y 0).
Esta división expresaba las fases que acompañan al Adán celeste desde su caída en el mundo de la materia hasta su regreso a la condición edénica, el mundo divino: caída y renacimiento cuyas fases se expresan a través de los 10 sephirot (esferas) del “Árbol de la Vida” de la Cábala, unidos por los “22 maravillosos senderos”.

Años después Papus escribió otra obra sobre el Tarot, pero de orientación totalmente diferente, Le Tarot divinatoire (1911), un tratado de Cartomancia donde exponía los principales significados adivinatorios de los 78 arcanos y algunos métodos clásicos retomados de Etteila y Manuel Sauri. La obra fue ilustrada por Gabriel Goulinat con 78 láminas que fueron posteriormente copiadas por muchos autores y se convirtieron en una auténtica baraja de adivinación.

Papus, Tarot adivinatorio
Le Tarot Divinatoire, 1911




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