Hombre de cultura enciclopédica, Papus fue
médico, inventor, escritor, espiritista y hermetista afiliado a las más
importantes hermandades de su época. También fundó diversas órdenes esotéricas
y escuelas de esoterismo.
En la historia del Tarot destaca un
personaje que a pesar de no haber desarrollado ninguna doctrina concreta, se
distinguió por su obra de divulgación. Nos referimos al franco-español Gérard
Encausse, conocido bajo el pseudónimo de Papus. Nació de padre francés y madre
española en la ciudad gallega de La Coruña en el año 1865. Posteriormente se
establecieron en París en 1869.
Con sólo 17 años de edad ya estaba
matriculado en la Facultad de Medicina parisina, en donde se licenció en 1894
tras aprobar todos los exámenes con excelentes calificaciones.
AÑOS DE JUVENTUD
Papus sentía íntimamente la necesidad de
conectar las ciencias naturales con las tradiciones ocultistas. Quizá por esto,
en 1883, poco después de empezar la Universidad, adoptó su famoso pseudónimo,
que tomó del genio de la medicina citado en el Nyctemeron, libro del mago neopitagórico Apolonio de Tiana (siglo I d.C.). Papus conoció esta obra gracias a
lectura del Dogma y ritual de alta magia (París,
1856) de Eliphas Levi.
Al mismo tiempo entabló relaciones con
diversas hermandades de ocultismo y se dedicó a fundar nuevas organizaciones
encaminadas a divulgar el esoterismo. Se inició en el martinismo en 1882. En
1887 fue aceptado en la Sociedad Teosófica y en 1888 se inició como Rosacruz.
En 1891 fundó la Órden Martinista.
En 1893 fundó la Escuela Libre Superior de
Ciencias Herméticas en la que se enseñaba la constitución del Universo, las
leyes evolutivas de la naturaleza, la anatomía humana, matemáticas, hebreo,
sánscrito y la vía iniciática del Tarot. Lo que más ansiaba Papus era la
posibilidad de conseguir una relación directa con el mundo divino.
Esta Escuela tenía desde 1888 una
publicación mensual llamada L’Initiation,
y en 1890 se le unió Le voil d’Isis
en la que colaboraron las mayores ocultistas de la época.
EN LA RUSIA DEL ZAR
Entre 1900 y 1905, Gérard Encausse viajó
varias veces a San Petersburgo, en compañía del curandero Philippe de Lyon, invitados por la corte del zar por su fama de
ocultistas y curanderos. A Philippe se le atribuyeron curaciones increíbles y a
Papus diversas sesiones de espiritismo.
Se cuenta que en 1905 invocó al difunto zar
Alejandro III, quien sugirió a su
sucesor, Nicolás II, que fuera
implacable con los revolucionarios. Papus también profetizó que nada malo le
ocurriría a la familia imperial mientras él viviera.
Al estallar la Primera Guerra Mundial,
Papus se enroló como oficial médico en el ejército francés y murió por una
enfermedad en 1916. Poco después estalló la Revolución Rusa que incluyó la
muerte del zar y de su familia.
PAPUS Y EL TAROT
Papus nos legó una ingente cantidad de
libros y artículos sobre los más diversos temas de ocultismo, así como varias
traducciones de los clásicos de la Cábala. Entre todos ellos destaca Le Tarot des Boémiens (París, 1889),
obra en la que expone un análisis del Tarot basado en la “doctrina de la rueda
cósmica”, que se refiere a las relaciones mágicas y místicas entre el nombre
hebreo de Dios, el tetragrama divino IHVH, las siglas cristianas INRI y la
palabra TARO. Las cuatros letras de cada nombre, dispuestas en cruz, expresan
la rotación cíclica de los tres mundos (divino, intelectual y físico) a través
de los que se produjo la creación.
Le Traot des Boémiens, 1889 |
Papus además profundizó en el significado
cabalístico de los 22 arcanos mayores, ya apuntado en el Dogme et rituel de la haute magie (1856) por Eliphas Levi, mediante su correspondencia con las 22 letras del
alfabeto hebreo. Papus fue más allá y los dividió en tres septenarios: teogonía
(arcanos 1 a 7), androgonía (del 7 al 13), cosmogonía (del 13 al 19), más un
ternario de transición (arcanos 19, 20 y 0).
Esta división expresaba las fases que
acompañan al Adán celeste desde su caída en el mundo de la materia hasta su
regreso a la condición edénica, el mundo divino: caída y renacimiento cuyas
fases se expresan a través de los 10 sephirot
(esferas) del “Árbol de la Vida” de
la Cábala, unidos por los “22 maravillosos senderos”.
Le Tarot Divinatoire, 1911 |
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