MUNDO MODERNO Y SABIDURIA ANTIGUA. PARTE XIII
AVIACION
EN LA ANTIGÜEDAD
Uno
de los padres de la Cosmonáutica ,
Konstantin Tsiolkovski, decía que
primero nace un sueño, luego se reviste con fórmulas y prototipos, y así se
materializa una fantasía. La razón por la cual podemos viajar hoy en aviones a
reacción es porque hubo hombres que de sus sueños hicieron cosas reales.
Uno
de los primeros diseñadores aeronáuticos conocidos del mundo fue el gran
ingeniero Dédalo. Construyó unas
alas para su hijo Ícaro y para sí mismo para así poder escapar de la ira del
rey Minos de Creta, pero el muchacho, al pilotar su planeador, voló demasiado
alto y cayó al agua del que hoy se llama mar Icario. Los hermanos Wright fueron
más afortunados, pero 4.500 años más tarde, porque la base de la tecnología de
la aviación ya se había desarrollado antes de ellos.
Es
erróneo pensar que Dédalo pertenece a la mitología. Sus colegas, los ingenieros
de Cnosos, construyeron saltos de agua en forma de curvas parabólicas para
adaptarse exactamente al curso natural del agua. Tan sólo muchos siglos de
ciencia podían haber producido semejante línea aerodinámica.
El
fraile Roger Bacon dejó una
misteriosa sentencia en una de sus obras: “Máquinas voladoras como éstas
existieron en la Antigüedad ,
e incluso se fabrican en nuestros días”. Una afirmación de este tipo, escrita
en el siglo XIII, resulta indudablemente enigmática. En primer término, Bacon
afirma en primer término que los ingenios capaces de volar por el aire habían
sido una realidad en un remoto pasado, y después que existían todavía en su
época. Ambas posibilidades parecen fuera de lugar, y no obstante, la Historia está repleta de
leyendas y de crónicas acerca de naves aéreas en el remoto pasado.
Hermes o Mercurio calzaba unas sandalias aladas y llevaba un sombrero con
alas, que lo transportaban a gran velocidad sobre la tierra y el mar. “Pero las
leyendas acerca de Ícaro o Mercurio son sólo eso, leyendas”, podría aducir
alguien. Esto es cierto; sin embargo con mucha frecuencia, un mito es un fósil
de historia y el único recuerdo de lo que realmente ocurrió miles de años
antes.
Todavía
más sorprendentes pueden ser los anales chinos que relatan que el emperador Sun (aproximadamente
2258-2208 antes de J.C.) construyó no sólo un aparato volador, sino incluso un
paracaídas, aproximadamente por la misma época en que Dédalo fabricaba sus
planeadores.
El
emperador Cheng Tang (1766 antes de
J.C.) ordenó a Ki-Kung-Shi que diseñara un carro volador. Este primitivo
constructor de aviación cumplió el encargo y probó la aeronave en vuelo,
alcanzando la provincia de Henan. Posteriormente, la nave fue destruida a
consecuencia de un edicto imperial, pues Cheng Tang tenía miedo de que el
secreto de su mecanismo cayera en manos de sus enemigos. Estas advertencias,
hechas de modo casual, indican que el emperador y los sabios debían de haber
poseído prototipos de la nave voladora. ¿Dónde consiguieron su manual de
aeronáutica?
El
poeta chino Chu Yuan (siglo III antes de J.C.) relató la
historia de su vuelo en un carro de jade a gran altura sobre el desierto de
Gobi en dirección a las montañas de blancas crestas de Kunlun, en el Oeste.
Describió con exactitud cómo la aeronave no resultaba afectada por los vientos
y el polvo del Gobi, y cómo realizó una exploración aérea.
A
principios del siglo IC, Ko-Hung,
describe un helicóptero en China: “Algunos han fabricado carros voladores con
madera procedente de la parte más interna del árbol guinjo, utilizando tiras de
piel de buey atadas a unas palas rotatorias para hacer mover la máquina”.
Una
talla rocosa sobre un sepulcro en la provincia de Shantung, fechada en el año
47 de nuestra era, describe un carro en forma de dragón volando muy alto por
encima de las nubes. El folklore chino está repleto de leyendas acerca de
carros voladores.
La
aviación fue una realidad en la aurora de la Historia , como podemos
deducir del término sánscrito “vimana vidya”, o la ciencia de construir y
pilotar naves aéreas. Ideas concretas referentes a la aviación existían ya en
una época que es considerada como la infancia de la Humanidad.
Uno
de los poemas clásicos por antonomasia de la antigua India, el Mahabharata, que es uno de los
libros más antiguos del mundo, cita un “carro aéreo, con los costados de
hierro, que estaba revestido con unas alas”. ¿Acaso no es una exacta
descripción de un aeroplano?
El Ramayana, siglo III antes de
J.C., describe el “vimana” como una aeronave con doble cubierta circular
provista de troneras y una cúpula. “Volaba con la velocidad del viento”, y
producía “un melodioso sonido”. Esto último no es algo que se pueda decir de
los modernos aviones a reacción. Los vimanas eran propulsados por un líquido
blanco amarillento, y eran utilizados para la guerra, los viajes o el deporte.
La
nave prehistórica conseguía maniobras que tan sólo los helicópteros pueden
realizar parcialmente en la actualidad como detenerse y permanecer inmóvil en
el sitio, pero es que además se elevaba por encima de las nubes hasta tal
altura que “el océano parecía un pequeño estanque de agua”.
En
la antigua India seis jóvenes construyeron un buque dirigible que podía
despegar, volar y aterrizar. La historia completa de este éxito de la aviación
aparecer recogido en el Panchatantra.
Este zeppelín prehistórico era dirigido por un completo sistema de control que
proporcionaba un vuelo seguro y rápido con una maniobrabilidad total.
Se
pueden distinguir dos tipos de textos en los antiguos escritos sánscritos: los
que se refieren a hechos históricos conocidos como el Manusa y la literatura
mítica y religiosa, llamada Daiva. El Samara
Sutradhara que pertenece al primer tipo trata los viajes aéreos desde
casi cualquier punto de vista que uno pudiera desear. Incluye doscientas
treinta instrucciones concretas para la construcción de máquinas voladoras,
despegues, cruceros de miles de kilómetros, aterrizajes normales y forzosos,
incluso posibles colisiones entre la nave y los pájaros. Dada la naturaleza
humana, en este mismo libro también se nos habla de la guerra química y
biológica. El Samhara era un cohete
que mutilaba, y Moha era un arma que
producía parálisis completa.
En
los textos de las Pirámides de Egipto
hay una curiosa interpretación de estas construcciones como “rampas hacia el
cielo” de modo que el hombre pudiera “subir al firmamento”. Se han encontrado
imágenes de Isis, de más de 5.000
años de Antigüedad, en las que aparece con las alas plegadas, como un Ícaro
femenino.
La
aspiración humana de poder volar ha estado presente desde muy antiguo en la Historia como hemos
podido ver. Muchos siglos separan a Dédalo de Leonardo da Vinci, pero sus ideas
eran idénticas: crear mecanismos que permitieran volar al hombre.
En
la aurora del siglo XX, el profesor Simon
Newcomb que no existían materiales o maquinaria por medio de las cuales
“los hombres pudieran volar largas distancias a través del aire”, y presentaba
fórmulas matemáticas que “sustentaban” su teoría. Los hermanos Wilbur y Orville Wright ignoraban las
ecuaciones de su sabio compatriota y construyeron el primer aeroplano poco
después de la declaración de Newcomb.
Otra
anécdota. En su juventud el famoso experto espacial profesor Hermann Oberth estaba cierto día sentado
en una terraza en un restaurante de Lindau, en el lago Constanza. Un camarero
se le acercó y señalando a un hombre de otra mesa le dijo: “¡Mire! Ahí está
sentado ese loco que pretende volar”. Ese loco era el conde de Von Zeppelin.
En
el año 1958 la Smithsonian Institution
publicó los resultados de una investigación arqueológica multinacional que
indicaba que hace diez mil años los esquimales vivían en Asia Central. ¿Cómo
llegaron a Groenlandia? Las leyendas esquimales cuentan que consiguieron
alcanzar el Ártico Norte mediante “gigantescos pájaros de hierro”.
Cualquier
exploración fotográfica de las áridas altiplanicies de Nazca, Perú, muestra una
red de líneas y figuras geométricas sobre el suelo que se extienden a gran
distancia. Son las famosas líneas de
Nazca. Las líneas están hechas por manos humanas, mediante el sistema
de quitar las piedras más oscuras del suelo y dejar expuestas a la luz las
capas internas, más claras. Es una tarea que debió de costarles muchos años.
Aparecen
perfiles de animales y pájaros, junto a triángulos y trapezoides. La mayor
parte de las líneas están hechas de tal modo que no existe una relación entre
ellas y las calzadas incas de la zona. También pueden verse corrientes de agua
agotadas hace mucho tiempo. La edad de los dibujos de Nazca fue calculada en,
al menos, uno mil quinientos años. Los indios dicen que los gigantescos dibujos
sobre el suelo fueron trazados por otras razas que precedieron a la llegada de
los incas.
Pero
lo que realmente sorprende de estos dibujos y líneas es que no pueden verse a
ras de suelo. Hay que elevarse a una altura mínima de 330 metros para que sean
visibles.
En El
Salvador se descubrió un antiguo vaso que muestra figuras humanas en el
interior de un dirigible en vuelo.
No
está fuera de lugar investigar la aviación en el pasado remoto. El progreso de la Ciencia fue inspirado por
leyendas acerca de “alfombras voladoras” y “carros celestes”. Esto es lo que
indujo a Leonardo da Vinci a iniciar
su trabajo sobre aerodinámica teórica. Este siglo es el cenit de la Ciencia y la tecnología.
Pero tienen que haber existido otros días. Los pueblos de la Antigüedad fueron los
primeros en ver la luz de la
Ciencia , pero con la Edad
Oscura , se produjo un eclipse total que empezó a ser deshecho
tan sólo hace unos pocos siglos.
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