Nos consulta alguien sobre una cuestión que se viene repitiendo en el tiempo.
Se trata de una mujer que lleva intentando, desde hace más de ocho años, tener una página web que la funcione. Por una cosa o por otra, unos la dejan el proyecto tirado, otros sin que funcione bien… y así hasta cinco intentos.
Se pregunta y nos pregunta por qué le sale todo tan mal lo relacionado con las webs. Quiere saber qué hace mal, si le toman por tonta y se aprovechan de que no sabe de esos temas o qué pasa realmente. Se está planteando trabajar sólo desde su negocio, sin web.
Vamos a la mesa a ver qué nos dicen las cartas en una línea de cinco:
Templanza, Enamorados, Colgado, Cuatro de Espadas, Rey de Bastos y Caballero de Espadas.
La sucesión a lo largo de la línea es contundente. Se pierde amabilidad y se gana dureza.
Al parecer sí hay algo que se puede mejorar o mejor dicho, cambiar. Se trata de las comunicaciones que establece ella con las personas que contrata para que desarrollen su web: hay demasiada condescendencia por parte de ella. Deja hacer a los demás, suponiendo que serán responsables y serios en su labor, pero el Colgado dice que hay que dejar de hacer eso porque lo único que consigue es tener más dificultades para conseguir lo que necesita.
El cuatro de espadas le aconseja atrincherarse, proteger lo que quiere y con la actitud de Rey de Bastos, desde la calma pero con autoridad, enfrentarse a lo que viene del lado derecho. Para ver qué es eso hemos extraído una carta más y ha salido el Caballero de Espadas. Ese Caballero de espadas es la última empresa que le dice que todo está bien y que ya se lo irán terminando poco a poco. Además de no terminar la web, plantarán cara a nuestra consultante.
No es tiempo de Templanza en las conversaciones sino de ejercer autoridad con energía.
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