El
mensaje de la semana a través del I CHING: Superar el Egoismo, la dispersión (59)
El
trigrama superior simboliza el Viento, la Madera, lo suave, lo que penetra y
disgrega. Es el centro del hemiciclo Yang.
El
trigrama inferior representa el Agua, lo abismal, la dificultad, afrontar un
peligro. Pone fin al hemiciclo Yin.
El
viento sopla sobre el agua y el arroyo
se arriesga y se precipita sobre el barranco.
En la
imagen vemos un acantilado en el que, en su borde, crece un árbol, anclado fuertemente
al terreno.
Unas
densas nubes cubren el paisaje, dejando al fondo los picos más altos de lo que
parece ser una cordillera.
El
agua de lo que puede ser el mar, se eleva hacia el cielo en forma de tornado; posiblemente
el viento lo eleve y disperse en gotas de agua entre los cúmulos de nubes.
En los
momentos de dispersión, cuando parece que todo nuestro horizonte se desdibuja,
es justo cuando podemos remover los obstáculos, que antes, por rigidez, nos
resultaba imposible.
La
rigidez también la podemos llamar egoísmo. Es ese punto en el que nos
encontramos cuando no queremos dar nuestro brazo a torcer, generalmente
esperando a que sean otros los que lo hagan, cargando de tozudez y
razonamientos imposibles nuestra postura, defendiéndola con uñas y dientes
incluso sin razón.
Tratar
de hacer las cosas con violencia o agresividad, sin duda alguna, empeorará las
cosas. Lo mejor es resolver las situaciones con calma y suavidad, tratando de
ponernos en los zapatos del otro para comprender así su postura, e incluso, con
ese gesto relajado, tratar de ver desde otro punto de vista, menos pasional,
nuestra propia actitud y comportamiento.
En el
día a día las discusiones con otras personas e incluso nuestros propios
bloqueos internos, hacen que nos separemos de nuestra propia esencia libre y
confiada y eso hace que nos mostremos huraños, desconfiados y agresivos,
tratando de mantener nuestro sitio.
La dispersión
de la que nos habla este hexagrama nos invita a relajarnos, disolviendo ese
estado mental rígido e inflexible y permitiéndonos recuperar la vuelta a
nuestro flujo natural que nos permita volver a generar armonía en nuestras relaciones,
ámbito laboral o social.
Eliminar
la rigidez, como todo de lo que nos habla I Ching, requiere de tiempo y
paciencia, ya que la impaciencia y la prisa también generan bloqueos e impiden
que las cosas fluyan por donde tienen que ir.
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