El mensaje de la semana a través del I CHING: La Atención a los Detalles (62)
El trigrama
superior simboliza el Trueno, lo perturbador, lo impulsivo, lo que provoca el
movimiento.
El trigrama
inferior representa la Montaña, mantenerse quieto, el descanso, la meditación,
lo perdurable.
Un trueno en
una montaña no tiene el mismo efecto que en terreno abierto o sobre el mar.
El estruendo es
mucho más rotundo y su voz resuena más cercana al rebotar en cada roca.
Parece ser que
el trueno nos está indicando un cambio, una desaceleración hacia el descanso y
la meditación.
Según este
hexagrama, cualquier asunto que estemos llevando en este momento debe ser
tratado con absoluta delicadeza, prestando atención a lo pequeño, a los
detalles.
En la imagen
aparecen unas montañas muy elevadas, tanto que no se ve el suelo sobre el que
se sustentan, y una bandada de patos, (parecen ser Ánades Reales por los
colores), surca el cielo de izquierda a derecha.
Pero ¿no hay
nada que os extrañe? ¿Es normal que un pato vuele a cotas por las que se mueven
las águilas?
No, no es
normal como tampoco lo es pensar que todo el día tenemos que estar activos,
haciendo un montón de cosas, ya que de lo contrario somos personas aburridas.
Estamos tan
acostumbrados a ir todo el día como las motos, a cien por hora, incluso cuando
no tenemos combustible necesario. Cuando nuestros niveles de energía bajan y
nuestro motor echa humo por falta de gasolina, ha llegado el momento de parar y
reflexionar.
Tratar de aquietar
nuestra mente para ver qué pensamientos están circulando en ese momento, como
si no fueran nuestros, y respirar con calma y tranquilidad, ya que muchas veces
la agitación hace que tengamos la respiración contenida.
Esto es
necesario, reducir la marcha sin miedo a perdernos algo por no haber estado en
todos los sitios o temer que no reconozcan nuestros méritos.
La verdadera
madurez es saber cuando tenemos que trabajar por algo, cuando tenemos que
adaptarnos para conseguirlo e incluso cuando debemos retirarnos.
Nuestra
prioridad más elevada es tener la capacidad de fluir con la Naturaleza, no ir
en su contra, sin que por ello tengamos que abandonar nuestras
responsabilidades.
Si lo llevamos
a la imagen, los patos pueden y deben volar a una determinada altura para su existencia
y supervivencia, pero su vida no está en llegar a cimas altas, eso es terreno
de otros, porque es posible que si queremos llegar a un lugar que no nos
corresponde, es cuándo comiencen los problemas, gastando energía sin conseguir
resultados.
Las aves sólo
vuelan cuando sus plumajes están listos, mientras tanto permanecen en el nido.
Con esto no quiero
decir que nos quedemos donde estamos o que no tratemos de avanzar, todo lo
contrario, pero avanzar cuando estemos preparados, con las fuerzas a tope y
toda nuestra voluntad firme, porque si no es posible que el momento no sea el
adecuado y todo esfuerzo no haya servido de nada.
Deberíamos
hacer las paces con nuestra vulnerabilidad recuperando el recuerdo de que en
esta vida todo es transitorio.
Hace miles de
años, Lao Tse escribió “Practica el no
hacer y todo irá como tiene que ir”. Suena fácil ¿verdad? Pues puede
resultar imposible si no tenemos humildad.
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