Un
año más llega esta fecha y un año me vuelvo a preguntar la idoneidad de esta
“celebración” en estos tiempos. En este enlace de la Wikipedia
puedes encontrar información sobre este tema.
Este
día empezó siendo el de la Mujer Trabajadora,
como si hubiera alguna que no trabajara en casa y sólo fuera necesario para las
que lo hacían en una empresa. Menos mal que eso cambió con los años.
Según
las últimas estadísticas de población, en el mundo vivimos más de 7.300
millones de personas y de ellas, la mitad son mujeres. Esto da una cifra
aproximada de 3.650 millones de mujeres en el mundo.
Estamos
de acuerdo en que la situación social de la mujer no es ni de lejos, como
debería ser, pero ¿ayuda el otorgarles “un día”? ¿Son acaso una especie en vías
de extinción? ¿Son una subespecie que merezca un trato especial por ser frágil
y necesitada de protección? Yo diría que hace tiempo que dejamos de vivir en la
época victoriana.
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Foto de bebé con lazo rosa de la web www.mundobebe.es |
Por
el contrario a lo comúnmente creído, yo opino que el hecho de otorgarles un día
al año, les hace un flaco favor a ellas y a la otra mitad de la población. Es
bien cierto que sigue habiendo mucha discriminación y sexismo en nuestras
sociedades modernas, y que aún queda mucho por hacer para una total
equiparación; y está bien que se discuta sobre esto y se tomen medidas para
solucionarlo.
Pero
algo que estaba bien a principios del siglo XX, más de un siglo después de que
empezara el movimiento sufragista femenino (enlace Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Sufragio_femenino
) (que buscaba algo tan “escandaloso” para esa época como que las mujeres
pudieran votar en unas elecciones), puede que en nuestros días ya no sea una
herramienta adecuada.
Los
hombres y las mujeres somos diferentes. Nuestros cuerpos son distintos,
nuestras maneras de afrontar los problemas, las comunicaciones, así como las
diversas situaciones vitales que nos suceden a lo largo de nuestras vidas. Sí,
somos diferentes.
Pero
diferente no quiere decir ni superior, ni inferior. Un cromosoma X o Y de
diferencia no hace que una persona sea mejor que otra para nada en esta vida.
Hay
personas con predisposición genética y cultural para determinados puestos de
trabajo sin importar en absoluto que su sexo sea uno u otro. Un hombre puede
ser un gran atleta, pero un pésimo ingeniero de telecomunicaciones, y una mujer
puede ser una extraordinaria física cuántica, pero una mala economista. Hay hombres que tienen instinto “paternal”, y
hay mujeres que no tienen el más mínimo instinto “maternal”, por desgracia
vemos con demasiada frecuencia noticias en la televisión sobre bebés recién
nacidos encontrados en contenedores de basura.
Es
cierto que hay personas malas y crueles en el mundo, pero esa característica no
está relacionada con el sexo con el que venimos a este mundo. Hay gente buena
(hombres y mujeres), y hay gente mala (hombres y mujeres). El mal existe, pero
no tenemos el derecho de erigirnos en jueces y hacer recaer todo el peso de
“nuestra ley” sobre las mujeres como si todavía el ser “hijas de Eva” fuese
algo pecaminoso.
Los
avances en la igualdad de las personas no pueden ocurrir mientras los
individuos que componemos las sociedades no queramos dar un paso adelante y
decir ¡basta ya de tanta discriminación!
En
pleno siglo XXI, inmersos ya en la tan cacareada era de Acuario, la situación
que vivimos, en la que la mitad de la población del mundo es a veces
considerada como un mero objeto decorativo o una moneda de cambio, como si aún
viviéramos como hace doscientos años, es verdaderamente vergonzosa.
Todas
las personas de este mundo tenemos madres, hermanas, hijas, primas,… gente a la
que queremos y que sin tener culpa alguna son estigmatizadas por el mero hecho
de nacer mujer.
Si
realmente queremos a esas personas, debemos dar un vuelco a esta situación por
nuestro propio interés y por el interés de esas personas a las que amamos.
Igualmente
tenemos que realizar un examen de conciencia y ser coherentes y sinceros con
respecto a qué tipo de sociedad queremos crear, no sólo para nosotros, sino
también para nuestros descendientes.
Una
actriz porno puede ganar en tres días de trabajo más que una camarera en todo
un mes de atender mesas en un restaurante. En el extremo oriente, los padres y
madres venden a sus hijas para el comercio sexual a cambio de un frigorífico.
¿Es esto normal, o correcto, tan sólo porque sea habitual?
Los
grandes chefs de cocina de hoy en día se llenan la boca al decir lo bien que
cocinaban sus madres y abuelas y todo lo que aprendieron con ellas. Pero casi
todos los grandes chefs de hoy en día son hombres. ¿Dónde han quedado las
mujeres? ¿Por qué se considera el no va más de la cocina el usar nitrógeno
líquido en los alimentos que metemos en nuestros cuerpos? Antes nuestras
abuelas con dos patatas y un trozo de carne daban de comer a toda la familia,
que en esa época eran de unas diez personas, y ahora hace falta gastarse una
cantidad exorbitante de dinero para comer “bien”.
El
mundo de la moda tampoco se libra de relegar a las mujeres a un segundo plano,
a pesar de que durante muchos años éste fuera también un ámbito en el que
destacaban las mujeres de nuestras familias. Pregúntate quién te cose los bajos
de los pantalones, y luego imagina a los “grandes” diseñadores haciendo algo
similar.
¿Acaso
hemos perdido de vista el norte y estamos tan desorientados que ya no somos
capaces de ser conscientes de la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto?
Para
que hoy en día una mujer tenga “éxito” al alcanzar el poder, ella debe
masculinizar sus comportamientos y “ejercer de hombre”. Nombres como el de
Margaret Thatcher dan una idea de lo que estoy diciendo. Incluso en el cine
tenemos ejemplos como el personaje que hacía Meryl Streep en la película “El diablo viste de Prada”.
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Meryl Streep en El Diablo viste de Prada |
Algo
que caracteriza especialmente a la mujer frente al hombre es su empatía, la
capacidad de ponerse en el lugar de la persona que tiene al lado. Salvo
contados casos, los hombres, tan llenos de testosterona y competitividad, y con
tanto miedo a verse desplazados de “su” mando, hace ya tiempo que dejaron de
tener esa capacidad. Cualquiera diría que aún tienen que salir a cazar mamuts.
Así
que ¿por qué no podemos permitir que una mujer tenga poder y siga siendo
femenina? ¿Por qué ha de ser eso un imposible? El mundo sería un mejor lugar en
el que vivir.
Por
femenina no me refiero al estereotipo que nos quieren vender de una mujer obsesionada
con la moda, con su físico, que hace todo lo posible para que parezca que los
años ni pasan por ella ni se quedan, dispuesta siempre a agradar a los hombres,
sugerente y atractiva, madre y esposa abnegada; sino a esa mujer que es
consciente de lo que es y de lo que aporta a su entorno, y que tiene una visión
muy clara de sí misma y de lo que quiere, sin por ello tener que elegir entre
trabajar o ser madre.
Obligar a una mujer a elegir entre esos dos aspectos, es como si se impusiera a todos los hombres a que se hicieran la vasectomía si quisieran llegar a ser directivos.
Obligar a una mujer a elegir entre esos dos aspectos, es como si se impusiera a todos los hombres a que se hicieran la vasectomía si quisieran llegar a ser directivos.
Ellos
pueden ser padres y buenos profesionales, pero la mujer tiene que elegir o
postergarlo para otro momento.
Considero
que se ha relegado a la mujer fundamentalmente, porque se las ha querido
mostrar como seres inferiores tal vez porque en el fondo se sabe que sus
capacidades son muchas, y eso siempre ha dado miedo a quienes no han tenido la
capacidad de entender lo que no se ajusta a sus criterios.
Volviendo
al mundo del celuloide que tanta influencia tiene en la sociedad occidental,
hace unos años fuimos todos testigos de un ejemplo muy claro de misoginia del
que casi nadie quiso darse cuenta. Me refiero a la segunda trilogía de La Guerra de las Galaxias.
En
la primera de las trilogías (años 1977, 1980 y 1983) el personaje femenino
principal de la princesa Leia fue interpretado por la actriz Carrie Fisher.
¿Qué imagen viene a tu mente al pensar en ella? La princesa Leia era activa, luchadora
y también femenina. Era una hija de su tiempo, en el que la idea de la igualdad
parecía, a pesar de todo, más factible.
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Princesa Leia y Reina Amidala |
En
la segunda trilogía (años 1999, 2002 y 2005) nos encontramos con el personaje
de la madre de Leia que no es otra que la Reina Amidala, interpretada por
Natalie Portman. En la segunda película fue degradada a senadora Amidala, para
acabar siendo tan solo Padmé Amidala, una mujer que vivía ciertos episodios de
maltrato psicológico por parte de su marido y que finalmente moría dando a luz
a sus hijos.
Y lo
más escabroso del asunto es que se acepta de forma natural por todo el mundo,
ya que nadie ha alzado la voz contra este claro ejemplo de actitud machista.
Parece
claro que según avanzan los años, el rol de la mujer ha ido retrocediendo y
empeorando. Es por esto por lo que decía al principio que la idea del Día
Internacional de la Mujer,
que en su momento fue buena, hoy en día parece un anacronismo, que más que
favorecer, es un hándicap que debe ser superado.
Y
para quien quiera otra prueba más: a mediados del mes de Febrero se publicó un
estudio sobre la brecha salarial en España. La brecha salarial mide la
diferencia de sueldo que cobran un hombre y una mujer por hacer el mismo
trabajo. Durante unos pocos años se fue reduciendo, pero desde que empezó la
crisis económica ha vuelto a aumentar. En las conclusiones del mencionado
estudio se expone que la brecha salarial ha crecido hasta el 24%. Y ni siquiera
el hecho de que las mujeres cobren de media un 24% menos que los hombres hace
que consigan más puestos de trabajo, puesto que, a pesar de ser más “baratas” a
la hora del salario, el porcentaje de mujeres en situación de desempleo es muy
superior al de los hombres.
Sé
que la mayoría de la gente que lea este artículo se quedará indiferente, pero
creo que también habrá gente que se sienta ofendida, en un sentido o en el otro.
Si consigo que al menos unas pocas personas reflexionen sobre este tema, lo
daré por bien empleado.
Como bien has dicho, ser diferente no significa ser superior o inferior.
ResponderEliminarA pesar de todo, yo prefiero a la princesa Leia antes que a cualquier princesa Disney. Y ya que ha salido Star Wars, me declaro fan del personaje de Rey, su frase: “Sé correr sin que me cojas de la mano” me pareció un buen ejemplo de que una mujer no necesita que venga un príncipe a salvarla.
Un saludo
Muchas gracias, Mary, por tu comentario y por la frase que nos regalas, clara y contundente. Un saludo muy cordial y gracias por leernos.
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