El mensaje de la semana a través del I CHING: La Alegría (58)
Los trigramas
superior e inferior están representando el Lago, lo sereno, la alegría, lo
placentero.
En ambos, lo
Yang, la firmeza y la fuerza están en el interior y lo Yin, la dulzura y
suavidad en el exterior.
En la imagen
vemos a una joven en una pradera junto a la orilla de un río que fluye en zig-zag a su izquierda.
Está soltando
al viento con su mano izquierda unos pétalos de color rosa, mientras que su
mano derecha permanece en ángulo pegada al cuerpo, como si de una postura de
arte marcial se tratase
Es como si
estuviera conteniendo su entusiasmo por lanzar los pétalos.
Este hexagrama
me recuerda al Arcano Menor del Tres de Copas en el que tres mujeres,
representadas en el Rider Waite como si fueran Las Tres Gracias de Rubens, levantan sus copas
en señal de alegría y júbilo, pero no una alegría efímera y pasajera, sino la
alegría como leitmotiv de su
existencia.
Cuando estamos
contentos y todo nos va bien ¿por qué vamos a contenernos?, la alegría es mayor
si la compartimos, es un sentimiento expansivo.
Nos ayuda a
disfrutar de la vida en toda su expresión y a entender que los sueños se pueden
convertir en realidad si fluimos con buen humor y confianza.
Con alegría y
con risas lo ordinario se convierte en extraordinario y nuestros buenos
sentimientos se multiplican surgiendo la ayuda desinteresada y el apoyo a los
demás, queriéndoles hacer partícipes de ese momento ventajoso.
Estar alegre no
es pecar de ingenuo, es la expresión de un corazón libre y una imaginación
desbordante capaces de generar un ambiente cómodo en el que el diálogo y la
cooperación se hacen con mucha más confianza y relajación, permitiéndonos
expresar nuestras opiniones y sentimientos y escuchando lo que los otros nos
tienen que decir, sin tensiones ni prejuicios.
Esta alegría
que surge de dentro, la que no depende de éxitos ni recompensas es la
auténticamente genuina, la que construye, estimula e inspira, la que comparte,
transforma y puede ablandar el corazón más duro y convertir un rictus serio en
una sonrisa.
No temamos a
estar alegres, ya sabemos que la vida no nos da muchos motivos para estarlo,
pero cuando las cosas nos sonríen, cuando nuestra copa de bendiciones está
llena, es el momento de levantarla, brindar y reír, alegrarnos y compartir ese
momento efímero y glorioso, con todos los que nos rodean, y así, por un instante,
todo nuestro entorno vibrará con el mismo entusiasmo y gozo que nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario