SIGNIFICADO ESOTÉRICO Y SIMBÓLICO DEL ARCANO DE LA SACERDOTISA
Nos
encontramos con la primera representación de la mujer en el Tarot.
La he
catalogado como “la dama de blanco”
porque cuando trabajo con el tarot y aparece este arcano siempre me viene a la memoria el personaje de la novela de
Wilkie Collins, coetáneo de Dickens, que lleva ese título.
Poneros en
situación, una dama misteriosa vestida con unos ropajes vaporosos, blancos y
fríos se desliza por la noche entre las sombras… (¡uf! ¡tenéis que leerla!),
pues bien, eso es lo que representa para mí la Sacerdotisa, el misterio, lo
oculto, esa intuición femenina que nadie sabe de dónde viene, el subconsciente,
los sueños, la discreción, la memoria, la soledad del que mira hacia dentro, el
conocimiento y la sabiduría.
A la
Sacerdotisa le corresponde le número 2, el principio femenino o yin, asociada astrológicamente a la
Luna.
En
el Tarot de Marsella aparece con un
manto de color azul (representando lo mental, lo racional) cruzado con ribetes
amarillos (poder espiritual) cubriendo los ropajes de color rojo (la fuerza).
Lleva
velo blanco para no dejar ver sus pensamientos y representa la pureza de ellos
y su intuición. Porta tiara papal de tres secciones que indica el poder sobre
los tres mundos, el material, el terrenal y el celeste y está adornada con tréboles
de cuatro hojas, simbolizando el alma y consagrados a la diosa egipcia Isis.
Si nos fijamos bien, podemos ver que su cabeza es la única que sobresale de los bordes de la carta (ningún otro Arcano lo hace), dejando patente su poder.
Si nos fijamos bien, podemos ver que su cabeza es la única que sobresale de los bordes de la carta (ningún otro Arcano lo hace), dejando patente su poder.
Entre
sus manos lleva el Libro de la vida en el que están escritas las leyes de la
Naturaleza.
A
su espalda un cortinaje rojo que oculta la entrada al Templo, representado a
modo de dos columnas ocultas por la propia cortina y esbozadas simbólicamente a
ambos lados.
En el Tarot de Rider-Waite sí que quedan visiblemente representadas las
columnas del Templo de Salomón, marcando el equilibrio de dos fuerzas opuestas,
la luz y la oscuridad, lo bueno y lo malo, el verano y el invierno, Boaz, la
Fuerza y Jakim, la Justicia/Sabiduría. Representan los dos pilares de Sephirot,
el Árbol de la Vida.
Tras ella hay un jardín con
palmeras y granadas, símbolo este último de la fertilidad y abundancia
(características propias de la Emperatriz, como ya veremos).
La granada aparece en la
mitología en el origen de las estaciones:
Hades, regente del Inframundo secuestró a Perséfone, hija de Démeter diosa de la fertilidad, para hacerla su reina.
Hades, regente del Inframundo secuestró a Perséfone, hija de Démeter diosa de la fertilidad, para hacerla su reina.
Démeter se deprimió tanto que
los campos se secaron y la flora murió. Fue entonces cuando Zeus ordenó a Hades devolver a Perséfone. Ésta sabía que
para no volver al Inframundo hay que evitar comer cualquier cosa que se
produzca allí, pero Hades la engañó y comió cuatro semillas de granada por lo
que cada año debe regresar al Inframundo
durante cuatro meses, período en el que terminan las cosechas y llega el
Invierno.
La esfera que lleva en el
tocado es la perla de la sabiduría y la cruz del pecho señala que ésta se
alcanza buscando lo mejor de la tradición.
El pie izquierdo está poyado en
una luna creciente, dejándonos claro que sus bases están en el inconsciente.
Tanto la luna como el suelo que
pisa son amarillos indicando que su sabiduría parte del intelecto.
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