El
mensaje de la semana a través del I CHING: La Constancia (32)
El
trigrama superior simboliza el Trueno, el movimiento, la conmoción, lo
impulsivo, lo perturbador.
El
trigrama inferior representa la Madera/el Viento, lo suave, lo penetrante, lo
sutil.
El
Trueno y el Viento son fenómenos atmosféricos que generalmente van de la mano.
El
hecho de que no produzcan según ciclos perfectamente marcados, nos puede llevar
a pensar que su exceso de movilidad roza el cao, que es lo opuesto a la
constancia, lo duradero
.
Pero
no nos engañemos, son constantes en tanto en cuanto su comportamiento siempre
es igual, debido a que internamente poseen una ley que determina todas sus
acciones.
En la
imagen vemos dos ejemplos claros de constancia.
Uno
son los pescadores y otro la garza.
La luz
de la imagen parece tener un sol de tarde, por eso los pescadores figuran
acercándose al embarcadero, regresan a casa tras un largo día de pesca.
La
garza está en el poste, vigilando, esperando el momento adecuado para dar caza a
su presa.
Ambos,
los pescadores y la garza, dependen de la constancia para su supervivencia.
Si lo
pudiéramos resumir en una idea esta sería “hay
que saber esperar”.
Otros
elementos que nos hablan de lo perdurable, son las montañas, estables resisten
los avatares de la vida y del clima a través de los tiempos.
Tenemos
que echar raíces para crecer y evolucionar ya que profundizar en algo nos puede
elevar a gran altura.
El
hecho de perseverar, independientemente de lo que pase, es un estado de madurez
que viene de la experiencia.
La
madurez crece y se desarrolla de dentro
para fuera y tiene que ver mucho más con la constancia que con la edad que nos
van dando los años.
Es la
habilidad de aprender de nuestros errores y de ver cómo se desarrolla la vida,
empleando todo nuestro esfuerzo y sabiendo parar y dejarlo cuando sea el
momento necesario.
Si somos
capaces de observar nuestra vida con cierto desapego y sin apasionarnos en
exceso ni obsesionarnos por las cosas, haciendo los ajustes necesarios, (porque
al verlo con una mente más fría se ven mejor los problemas), estaríamos
quitando algunas piedras de nuestro camino ya que nuestro centro interno permanecería en calma, silencioso, otorgándonos
firmeza y fuerza. Sólo así podríamos ser flexibles sin perder nuestra
integridad y firmes sin caer en la rigidez y la intransigencia.
Lo
mismo nos vale para las relaciones personales, si cuentan con la fortaleza y
estabilidad de una montaña, permanecerán inquebrantables a pesar de las adversidades
y los problemas del día a día.
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