El
mensaje de la semana a través del I CHING: La Liberación (40)
El
trigrama superior simboliza el Trueno, el movimiento, la conmoción, lo
impulsivo. Finaliza el hemiciclo Yang.
El
trigrama inferior representa lo Abismal, afrontar el peligro, bloquear. Pone
fin al hemiciclo Yin al dar comienzo una nueva acción.
El
hexagrama nos habla de que ha llegado el momento de liberarnos de los bloqueos
que nos tienen paralizados, pasando directamente a la acción.
Es
como el pensamiento ese que dice que para que las cosas cambien tienes que
hacer algo distinto.
En la
imagen vemos dos personajes, uno sentado tocando un tambor y otro de pie con
los brazos elevados invocando algo.
Si nos
fijamos bien, tiene las manos como si dirigiera una orquesta, está con los ojos
cerrados y parece estar esperando a que algo ocurra. El día está despejado,
pero quién sabe, quizá venga una tormenta, o al menos es lo que espera ese
personaje, una tormenta que con su lluvia limpie y arrastre todo aquello que
nos ata al pasado, a las situaciones revueltas y a los conflictos, con otros o
con nosotros mismos.
Con
esto queremos decir que liberarse no siempre es fácil.
Muchas
veces requiere que eliminemos viejos patrones de comportamiento que ejecutamos
inconscientemente y que hace que el resultado sea siempre el mismo o parecido.
Liberarse
significa, soltar y perdonar, pero para eso tenemos que ser sinceros y
compasivos.
Tenemos
que perdonar a otros y a nosotros mismos ya que el perdón tiene un gran poder
curativo.
Liberarse
necesita de valor para ver las cosas desde una perspectiva más desapegada, y
así poder ver de manera más clara el paso siguiente que hemos de dar.
Liberarnos
requiere evaluar las situaciones conflictivas, resolver los malentendidos y
aclarar situaciones.
De
ningún modo quiero decir arreglar esas
situaciones y que todos nos llevemos bien, lo que quiero transmitir es que
tenemos que dar luz a esas circunstancias, hablar las cosas para eliminar los
malentendidos y si la cosa se puede arreglar porque ambas partes han
recapacitado, asumido y perdonado, adelante, pero si no es así, el hecho de
hablar y exponer lo que sentiste y cómo te afectó, es un primer paso para
quitarnos esa pesada mochila que no nos deja avanzar.
De esta
manera, la liberación será real, ya no hay nada pendiente de hablar o aclarar,
todo se ha dicho y las puertas que estaban entreabiertas y no te dejaban abrir
puertas nuevas ya están cerradas.
La
liberación es completa, ahora sólo queda asimilar y aprender la lección para
tratar de no caer en los mismos abismos del pasado.
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