El
mensaje de la semana a través del I CHING: El Retorno (24)
El
trigrama superior representa la Tierra, mantenerse quieto, el descanso, la
meditación, lo perdurable
Es el
punto de equilibrio entre Yin y Yang, donde las cosas son útiles.
El
trigrama inferior simboliza el Trueno, lo perturbador, lo impulsivo, lo que
provoca el movimiento.
El
tiempo de la oscuridad deja paso al triunfo de la luz.
Es un hexagrama que representa el cambio del tiempo, el solsticio de invierno en el mes de Diciembre que trae la luz.
En
época romana se celebraban las fiestas paganas de las Brumales y las
Saturnales, en las que el 25 de Diciembre se disfrutaba del nacimiento del Sol
invencible “Natalis Solis Invictis”, personificado en el dios Mitra cuyo culto
tiene origen persa.
Para
el Cristianismo estas fechas corresponden con la Navidad y para los Celtas es
Yule, el momento en el que la rueda del año se encuentra en el punto más bajo
dispuesta a subir de nuevo.
Parece
ser que siempre se han celebrado las mismas fechas en los diferentes lugares
del mundo, sólo que cada uno le ha asignado un nombre.
En la
imagen vemos una montaña rocosa en un paisaje de colinas verdes y unas nubes
que ocultan el nacimiento de un trueno, que está descargando sobre la roca
fracturándola en pedazos.
Cuando
todo permanece en calma o estamos pasando por una época de dificultades, o de
estancamiento, pensamos que todo va lento y que no va a cambiar nunca.
Las
estaciones se suceden unas a otras, y justo en el punto culmen de su desarrollo
ya están moviéndose energías ocultas que harán que surja la siguiente estación.
Bajo
la nieve de los últimos días del Invierno, la tierra comienza a activar los
mecanismos que harán que surja la Primavera.
Esto
se nos va avisando a través de días más largos, con más horas de luz y un
ligero aumento de la temperatura.
Suelo
relacionar esa etapa de parón con una montaña rusa, cuando has ascendido al
punto más alto de la atracción, ese instante en el que todo permanece inmóvil,
es justo el indicador de ese descenso rápido y vertiginoso que le sucederá.
Impacientes
por naturaleza, los humanos debemos aprender a esperar, ya que todas las cosas
tienen su momento para producirse, ni antes ni después.
Permanezcamos
al calor de la lumbre si la nevada es tan grande que no nos permite salir al
exterior y disfrutemos de ese momento de paz y calma sin tensión, sin prisa
porque deshiele y volver a nuestras rutinas, porque mañana el sol derretirá la
nieve y nos traerá nuevas oportunidades, tal vez no sea lo que estamos
esperando, pero seguro que lo nuevo que venga nos ayudará a avanzar y crecer en
nuestro camino.
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