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lunes, 23 de noviembre de 2015

El Oráculo del I Ching: Lo inesperado.



El mensaje de la semana a través del I CHING: Lo Inesperado (25)

El trigrama superior representa el Cielo, lo creativo, la inspiración, la fuerza y el poder. Es el centro del hemiciclo Yin.

El trigrama inferior simboliza el Trueno, el movimiento, lo impulsivo, lo que despierta. Se trata del movimiento hacia el hemiciclo Yang.

La fuerza sujeta a los distintos elementos con firmeza, creando entre ellos alianzas y relaciones que permanecen en el tiempo.

El trueno, cuando en primavera se mueve bajo el cielo, y en ese movimiento hacia abajo toca la tierra, hace que ésta germine y crezca, recibiendo así todos los seres, ese influjo de inocencia infantil y esperanzadora de la esencia original de la Naturaleza.



El Oráculo del I Ching, 25 Lo Inesperado


En la imagen vemos el perfil de una montaña en la que en un determinado punto sale un rayo o trueno de las nubes. En la parte superior de éstas, un dragón rojo se gira hacia el lado dónde se está produciendo el rayo, como si se hubiera asustado al pillarle por sorpresa.

Lo inesperado, también llamado la inocencia, nos recuerda que la vida es un renacer continuo, momento a momento se sucede la vida, y aquel que vive y disfruta del presente no necesita estar a la defensiva porque ni teme ni le preocupa lo que pueda suceder a futuro.

De niños todo nos resultaba nuevo y asombroso y nos enfrentábamos al mundo siendo nosotros mismos, hasta que, a medida que vamos creciendo nos van reprogramando para actuar en perpetua competencia, tener ideales fijos, estando siempre alerta y a la defensiva para conseguir resultados, en definitiva, perdiéndonos todo lo que de maravilloso tiene esta vida al ver el mundo como si de un problema se tratase.

Está bien saber defenderse, pero el problema es que cuando no lo necesitamos no sabemos cómo recuperar esa cualidad y tampoco lo consideramos necesario puesto que, de partida, la ingenuidad, la inocencia y la confianza sólo lo consideramos cualidades en los niño no en los adultos.

Un adulto inocente es poco menos que un adulto tonto e inmaduro y nada más alejado de la realidad, es alguien que no compite con otros por ocupar un lugar porque conoce perfectamente su sitio, responde espontáneamente a las vicisitudes de la vida sin que las cargas de los éxitos o fracasos del pasado le frenen su libertad y sobre todo disfruta de la vida y experimenta con alegría lo inesperado.

Recordemos que la vida es un florecimiento continuo y que para poder disfrutarlo con asombro y emoción sólo debemos mirar con los ojos inocentes de un niño.

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