El
mensaje de la semana a través del I CHING: Lo Receptivo (2)
El
trigrama superior e inferior están representando lo mismo, la Tierra, que a su
vez simboliza lo flexible, el soporte, la materialización, lo dócil, lo pasivo.
Al duplicarse
el hexagrama, implica que es totalmente receptivo, sin impulso, pero receptivo
a todas las cosas.
Es el
complemento perfecto de lo Creativo (doble hexagrama de Cielo) no lo opuesto.
Es la
materia, la naturaleza frente a lo espiritual, lo femenino frente a lo
masculino y el tiempo frente al espacio.
Lo
Creativo activa lo Receptivo porque éste es totalmente pasivo y es así como
debe ser, ya que si lo Receptivo quiere ir paralelamente a lo Creativo es
entonces cuando esa oposición genera un duelo perjudicial para ambos.
Yin y
Yang tienen que complementarse, si no es así ocurrirá el conflicto.
Lo
Receptivo es como un lienzo en blanco sobre el que nosotros podemos pintar lo
que deseemos.
En la
imagen vemos que el Sol brilla en lo alto, no hay nubes por lo que deducimos
que el día es tranquilo, sin amenazas climáticas.
En el
fondo unas montañas elevadas y en la parte baja una cueva excavada en la roca
nos deja ver su oscuridad.
Próxima
a la entrada, una mujer a la espera sujeta una sombrilla para evitar que le
dañe el Sol.
La
oscuridad es Yin mientras que la luz es Yang.
Al
igual que la oscuridad del espacio sustenta a todos los astros, toda la
materia, esta imagen nos recuerda que no es el momento de actuar
impulsivamente, adentrándonos en una caverna de la que no sabemos si quiera si
la habita algún otro humano o incluso alguna fiera.
Nos
invita a pararnos, a considerar los efectos a largo plazo que pueden tener cada
una de nuestras acciones.
Esperar
y reflexionar, en este caso, no es un signo de miedo o debilidad, al contrario,
significa reconocer que por el momento lo mejor que puedes hacer es actuar con
inteligencia y no emprender nada de manera individual.
La
Tierra parece que no hace esfuerzos porque
permanece pasiva, pero es un esfuerzo interno. Nosotros la utilizamos
para sacar provecho de ella generación tras generación y nos iremos y ella
permanecerá aquí (salvo catástrofes geológicas o atmosféricas), aparentemente
inagotable, al servicio de lo Creativo, la imaginación, la idea, el pulso, como
un trozo de barro del que podemos sacar una figura o un jarrón.
Si
queremos penetrar en una cueva de la que no conocemos nada y no tenemos el
equipo necesario, (una sombrilla no le va a evitar problemas a nuestro
personaje en caso de desprendimientos y ese vestido no es el mejor vestuario
para recorrer grutas) tal vez sería oportuno esperar a otros y actuar en
equipo, sin querer llevarnos el protagonismo por haberla encontrado nosotros
primero.
Esperar
y meditar sobre el momento oportuno y las posibilidades que nos ofrece cada
instante, es un trabajo de fortaleza interior, que requiere de una visión
serena y desapegada para saber dónde queremos invertir nuestras energías de
manera humilde e inteligente.
Muchas
veces sólo se pide de nosotros que estemos, no es necesario que hagamos nada,
simplemente esperar a que el momento sea el adecuado.
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